lunes, 10 de noviembre de 2025

Dos Rectores Históricos y una reforma administrativa


Memoria crítica

Dos Rectores Históricos y una reforma administrativa de la UES
Evaristo Hernández

Tuve el honor de considerarme compañero de lucha de dos grandes Rectores de la Universidad de El Salvador, el Ingeniero Félix Antonio Ulloa Morán y el Dr. Fabio Castillo Figueroa. Eso me permite hacer comparaciones. En algún momento tuve relación directa, en cada caso, con su elección como Rector de la Universidad de El Salvador, de estos dos grandes Rectores. 

En 1979 fuimos un compañero y yo a solicitarle al Ingeniero Félix Ulloa Morán que fuera candidato a Rector y que nosotros, miembros de la Asociación de Educadores Universitarios (AEU) organización simpatizante del Bloque Popular Revolucionario (BPR) lo apoyaríamos. El Ing. Ulloa Morán aceptó, yo diría con entusiasmo, nuestra propuesta.  

Con el Dr. Fabio Castillo hablé en su casa en Costa Rica, a principios de 1987, si mal no recuerdo, cuando tenía la misión de integrar una Comisión de Notables que apoyara las gestiones de la izquierda, relacionada con el proceso que culminó con los Acuerdos de Paz en 1992. 

Le propuse el plan de dos momentos, uno su posicionamiento en la Rectoría de la UES y dos, su lanzamiento hacia la presidencia del país, como lo intentó formando parte del Partido Acción Renovadora (PAR) en 1967. Hablamos de que en caso de ganar la Rectoría en la UES, él asumiría la reforma académica y yo la reforma administrativa, en calidad de gerente de la UES. Y formar parte de la Comisión de Notables, junto con otro histórico ex Rector, Dr. Rafael Menjívar con quien también ya había hablado al respecto tambi{en en Costa Rica, donde ambos estaban exiliados.  Los dos Castillo y Menjívar me honraron mencionando a otras personas que para integrar una Comisión de Notables que apoyara las gestiones del FMLN que culminaron con los Acuerdos de Paz, confiaban especialmente en mi persona.

Fuí Secretario de Planificación en el período del Ing. Félix Ulloa Morán, nombrado a raíz de la renuncia de quien fungía en el cargo y en contra de su propuesta, me negué a ser Secretario de Relaciones Internacionales en la administración del Dr. Fabio Castillo, diciéndole que yo había sido el Secretario de Relaciones Internacionales en la Rectoría del Dr. Benjamín López Guillén pero no lo sería en su período como Rector como me lo proponía; porque habíamos acordado que me propondría ante el Consejo Superior Universitario, como gerente de la UES.
 
Y he aquí la diferencia en un punto, sensible para mí comprensión de las cosas: el comportamiento político en la administración de bienes públicos por parte de la izquierda revolucionaria, concretado, en este caso, en la UES. Ese punto marca una diferencia, a favor, a mi juicio, de la ética política del Ing. Félix Ulloa Motán superior a la del Dr. Fabio Castillo Figueroa. 

Con el Ing. Félix Ulloa Morán se pudo (aún en el corto período de su Rectoría iniciado en agosto de 1979, que culminó con su asesinato el 28 de octubre de 1980), en lo que me consta directamente, iniciar destellos de una reforma administrativa congruente con nuestras posiciones ético-políticas, desde la Secretaría de Planificación de la UES, a mi cargo; un proceso de reforma administrativa, que no se pudo ni siquiera intentar con el Dr. Fabio Castillo Figueroa, porque según me lo dijo literalmente, si me proponía como gerente de la UES iba a aparecer ante las personas como que yo lo mandaba. 

El Dr. Fabio Castillo Figueroa es una personalidad de suma importancia en la política nacional desde los años 60, cuando formó parte de la efímera pero determinante en la historia política del país, Junta de Gobierno (octubre de 1960 a enero de 1961) surgida a raíz del derrocamiento del Teniente Coronel José María Lemus; candidato presidencial por parte de la izquierda en 1967; único dirigente político que tuvo claridad para caracterizar la guerra entre El Salvador y Honduras en 1969, como un conflicto entre burguesías combatiendo la alienación nacionalista; como Rector, gran reformador de la enseñanza superior en el país, creando Facultades en la UES y sistemas de enseñanza, se esté o no de acuerdo con el sistema de Areas Comunes de la UES de los años 60; exiliado, fundador del PRTC, dirigente político consecuente con sus principios en las décadas siguientes hasta su deceso en el año 2012.

Por eso me pareció en 1990, bastante incomprensible la forma en que faltó a su palabra para proponerme para realizar la reforma administrativa en la UES; y lo hizo, en mi caso, con la persona que le dirigió su campaña para la Rectoría que ejerció entre 1991 y 1994; con la persona que le buscó apoyo personal con otros compañeros para compensar el cambio de su residencia en Costa Rica a El Salvador; le ayudó a buscar alojamiento; le incluyó en un programa de becas para retornados al país, para que tuviera ingresos mínimos para su sostenimiento, dado que no tenía empleo (ese programa de becas de retorno había sido creado con apoyo del Servicio Universitario Mundial, SUM, del cual el Rector Mártir, Ing. Félix Ulloa Morán había sido su presidente y con el apoyo de otros compañeros a iniciativa de la persona a la que él faltaba en su palabra empeñada para proponerla como gerente de la UES). Y en un punto sensible en percepción: la reforma administrativa de la UES; una aspiración de poner muestras, aunque sean mínimas, en una institución de gran importancia en la vida nacional, de honestidad revolucionaria, de eficiencia, de mejora material constante del bienestar de la mayoría de estudiantes y mejora salarial de docentes, funcionarios y trabajadores universitarios. Esta reforma administrativa sigue pendiente todavía al final del primer cuarto del siglo XXI.

Radical diferencia con el Ing. Félix Antonio Ulloa, cuya figura a nuestro juicio, se engrandece más; si el Dr. Castillo Figueroa fué grande, el Ing. Félix Ulloa Morán es mas grande como Rector de la UES. En primer lugar es el Rector Mártir de la UES, muere por ella. En segundo lugar, el Ing. Félix Ulloa Morán tiene trayectoria política como integrante del Movimiento Nacional Revolucionario y del Frente Democrático Revolucionario. En tercer lugar académicamente fue Decano de la Facultad de Ingeniería. Y durante su efímera Rectoría (de agosto de 1979 a octubre de 1980) se puso al máximo la tensión entre el poder dictatorial militar y el poder académico-político de la UES. El Ing. Félix Ulloa Morán, respondió con una Rectoría que otorgo el Doctorado Honoris Causa Post Mortem a Monseñor Oscar Arnulfo Romero, hoy reconocido como San Romero de América; incorporando a la UES como institución miembro observador del Frente Democrático Revolucionario, FDR. El campus de la UES era refugio de centenares de personas que eran reprimidas en las manifestaciones de calle. En cuarto lugar, en su corto período, académicamente se proyectaron el Centro de Investigaciones Científicas, CIC, que devino en la Coordinadora Universitaria de Investigaciones Científicas CUIC; se proyectó el Centro de Investigaciones en Acuacultura y la Televisora Universitaria. Se reconoció el aporte de universitarios como el maestro de teatro Edmundo Barbero.

Pero limitándome al fenómeno de la reforma administrativa de la UES, que me parece importante para efectos de la construcción de una contextura revolucionaria universitaria en el manejo honesto, eficiente y solidario de los fondos públicos, recuerdo tres momentos que pude compartir con el Ing. Félix Antonio Ulloa Morán.

Cuando solicitaban una “orden de cambio” en el costo de un edificio de la UES que significaba prácticamente una triplicación del costo de un edificio sin motivo imputable a la UES sino a errores de la empresa constructora, me pareció un acto usual de la corrupción en el manejo de fondos públicos en El Salvador, por todo lo conocido al respecto; los contactos eran personas importantes en las relaciones de las autoridades universitarias con la Junta Revolucionaria de Gobierno (así se llamaba la junta producto del derrocamiento del presidente Coronel Carlos Humberto Romero en octubre de 1979) y gestionaban mi firma como Secretario de Planificación de la UES para proceder con la orden de cambio para elevar el precio que sería pagado con fondos públicos por parte de la UES. Yo no dí mi firma. El Ing. Félix Ulloa Morán respaldó mi posición pese a la clara posibilidad de que podría destituirme ya que él me había nombrado en el cargo.

En la reforma administrativa el Ing. Félix Ulloa Morán, respaldo la posición impulsada por la Secretaría de Planificación, a mi cargo, de proteger a los trabajadores eventuales, por jornal era su clasificación, incluyéndolos como trabajadores permanentes, a quienes quisieran y pudieran cumplir con sus obligaciones laborales potenciando el desarrollo físico de la institución. El propósito principal era darles la posibilidad de su protección de salud, además de un salario permanente, dado que los trabajadores por jornal, no estaban protegidos, asegurados por el ISSS, Instituto Salvadoreño del Seguro Social.

Un refuerzo presupuestario alcanzado, también a propuesta de la Secretaría de Planificación, fue programado para beneficiar a quienes tenían menos ingresos y no a mantener diferencias abismales en la remuneración. Una especie de alivio para el caso de los “normales salarios de hambre” generalizados en la administración pública y privada en El Salvador. Con pleno conocimiento del sacrificio de que funcionarios de alto nivel como la Rectoría deberían tener remuneraciones del nivel de cualquier diputado o más, en este caso no lo tendrían; se renunciaba a tener un incremento salarial basado en el mantenimiento del deterioro de las condiciones de vida de las personas con los más bajos salarios, el Ing. Félix Antonio Ulloa Morán respaldo la gestión.

Probablemente estos temas sean discutibles y tengan aristas, basadas en teoría del mercado laboral. Pero reflejan una sólida posición a nuestro juicio, de los perfiles de una reforma administrativa, con una perspectiva popular; que sostenga el necesario criterio ético-político, de la izquierda revolucionaria, del uso honrado, eficiente y del respeto debido a la finalidad de los fondos públicos para el bienestar de la mayoría de las personas. En esa coyuntura el Rector Mártir estuvo a la altura revolucionaria de un Presidente del país. 

Estos pequeños pasos, a nuestro juicio, muy significativos, se pudieron hacer durante la Rectoría del Ing. Félix Antonio Ulloa Morán, pero no se pudieron ni siquiera intentar durante la Rectoría del Dr. Fabio Castillo Figueroa.

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