viernes, 21 de abril de 2023

Nota sobre la UES y la Huelga de Brazos Caídos de 1944.



La Universidad de El Salvador y el derrocamiento del dictador Maximiliano Hernández Martínez en 1944

En este artículo se presenta un breve resumen de la participación de la Universidad de El Salvador (UES) en el movimiento cívico-militar que logró el derrocamiento del dictador Maximiliano Hernández Martínez en 1944, después de 13 años de gobierno autoritario y represivo que inauguró la dictadura militar que perduró en su forma abierta hasta principios de la década del 90 del siglo XX. Los Acuerdos de Paz de 1922, luego de una guerra civil que duró realmente dos décadas, desde la fundación de los movimientos guerrilleros contrarios a la dictadura militar, restringieron la participación política de funcionarios militares en procesos políticos y electorales.

El régimen de Hernández Martínez se caracterizó por la violación de los derechos humanos, la censura de la prensa, la persecución de los opositores políticos y la masacre de más de 30 mil campesinos en 1932, tras una insurrección indígena, de proletarios del campo y movimiento comunista liderada por Farabundo Martí. Martí, había sido estudiante de la Facultad de Jurisprudencia en la Universidad de El Salvador y fué fusilado junto con los también estudiantes universidarios Alfonso Luna y Mario Zapata. El dictador también era conocido por sus creencias esotéricas y ocultistas, que influían en sus decisiones políticas y administrativas.

La UES, fundada en 1841, era la única institución de educación superior del país y tenía una tradición de pensamiento crítico y compromiso social. La UES remontó sus orígenes conservadores y clericales y con su relativa autonomía en 1929, la UES se convirtió en un espacio de debate y formación de las nuevas generaciones de profesionales e intelectuales salvadoreños.

En 1943, la UES inició una serie de actividades culturales y académicas para celebrar el contexto de su centenario, que coincidía con el cuarto centenario del descubrimiento de América. Estas actividades fueron aprovechadas por los estudiantes y profesores para expresar su inconformidad con el régimen y sus demandas de cambio democrático.

El 2 de abril de 1944, un grupo de militares jóvenes intentó un golpe de Estado contra Hernández Martínez, pero fracasó por la falta de apoyo popular. Sin embargo, este hecho alentó a los sectores civiles a organizarse y movilizarse contra el dictador.

La UES jugó un papel c crucial en el proceso de derrocamiento de la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez, al convocar a una huelga general de brazos caídos el 5 de mayo, que fue secundada por los trabajadores, los comerciantes, los profesionales y otros sectores sociales. El fallecido dirigente revolucionario del FMLN, Schafick Handal, padre, recordaba que su primera impresión para motivarlo a luchar por la justicia social, fué que cuando estudiaba secundaria en un colegio de la capital, llegaron estudiantes universitarios a arengar a los estudiantes de secundaria para que participaran en la huelga de brazos caídos.

La huelga paralizó al país y obligó al dictador a negociar con los representantes del movimiento cívico-militar. El 8 de mayo, Hernández Martínez anunció su renuncia por radio y entregó el poder a una junta provisional encabezada por el coronel Osmín Aguirre y Salinas. El 9 de mayo, el pueblo celebró el triunfo de la lucha democrática en las calles.

La UES contribuyó así a la caída del dictador y a la apertura de un período de atenuación del ejercicio dictatorial militar en El Salvador, que duraría hasta otro golpe militar de 1960. La UES también sufrió las consecuencias de su participación política, al ser intervenida por el gobierno provisional y perder temporalmente su autonomía. Sin embargo, la UES mantuvo su espíritu crítico y su vocación social a lo largo de su historia.