jueves, 22 de mayo de 2008

Sobre el préstamo del BID y la privatización

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PRONUNCIAMIENTO DEL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR

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martes, 20 de mayo de 2008

AUTONOMIA Y UES

Tomado de la página oficial de la Universidad de El Salvador.
Las negrillas y separación de párrafos en algunos casos, son para estudios y citas en el proceso de nuestra investigación sobre la Sociología de la Universidad.
PERFIL HISTORICO DE LA AUTONOMIA DE LA UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR

Por Rafael Durán Barraza

Hablar de la Autonomía de la Universidad de El Salvador, es hablar de la historia de la Universidad, ya que a través de sus CIENTO CUARENTA Y CINCO AÑOS, de existencia ese ha sido uno de sus problemas vertebrales.

Por otra parte, hablar de la Universidad de El Salvador es hablar de la historia patria puesto que nuestra Casa de Estudios ha estado sometida a los vaivenes políticos nacionales y muchas veces a las veleidades de los gobernantes.

Desde luego, la autonomía universitaria no es concebida al principio de la vida de nuestra Universidad como la capacidad de autolegislarse, como la independencia patrimonial, como la no dependencia de persona alguna o de organismos foráneas, incluso como la de que nadie pudiera coartarle su vida y actuaciones.

En principio la autonomía universitaria es concebida como descentralización Administrativa, aun cuando esta categoría no tenía existencia en esa época; pero la idea era la de crear mecanismos para que la Universidad funcionase con la mínima participación del Gobierno Central.

Sólo el influjo de los vientos de Córdova de 1919, la Universidad de El Salvador empieza a tomar conciencia de los que es la Autonomía universitaria.

Tuvo que pasar mucho tiempo, tuvo que sufrirse muchas veces la zarpa del tirano para que se llegara al pensamiento correcto.

Uno de los antecedentes remotos de la educación superior en El Salvador, lo encontramos en el Decreto legislativo del 29 de abril de 1825, en el cual se manda a crear un Colegio de Educación Científica.

En el artículo tres de dicho decreto aparece "Se pondrá un Rector y Vice-Rector que, con los catedráticos o teniendo ellos mismos las cátedras, cuiden de los alumnos, arreglado al estatuto provisional que formará el Gobierno, de acuerdo con el Padre Obispo electo, el que a su tiempo se presentará a la Asamblea para obtener su aprobación ".

El mencionado decreto no tuvo aplicación alguna, pero nos muestra con claridad dos cuestiones: la injerencia clerical y estatal en el manejo de la educación superior desde sus inicios.

La Universidad se funda según Decreto de la Asamblea Constituyente del Estado del Salvador del 16 de febrero de 1841, recién adquirida la calidad de Estado independiente de la Federación. El artículo tercero del Decreto en mención dice: "Habrá un Rector a cuyo cargo se halla la Dirección del Colegio, será de nombramiento del Gobierno".

La Universidad no empieza a funcionar como tal sino hasta en 1847, en ese año el 20 de diciembre aparece el primer Estatuto Universitario el cual reconoce tres tipos de claustro: Claustro Pleno, formado por todos los académicos del país; Claustro de Conciliarios, formado por los Catedráticos y dos representantes de cada una de las clases, electos por el Claustro Pleno; y Claustro de Hacienda, encargado de los fondos de la Universidad.

Las clases a que se refiere el Claustro de Conciliarios son las distintas profesiones,

Según supone el Dr. Miguel Angel Durán 1.

Estos tres Claustros son la primera manifestación de gobierno de la Universidad, y aún cuando el Claustro de Conciliarios toma decisiones sobre asuntos trascendentales, la verdad es que el Clero y el Gobierno quienes toman esas decisiones mediante la presión sobre el Claustro. No en balde las dos terceras partes de sus miembros son de hechura Clerical, según lo afirma el Dr. Durán 2.
En el año de 1850 se funda en San Miguel un Instituto controlado por la Universidad, la cual fundación consta en el decreto legislativo número 15 del 26 de febrero de 1850, en donde: "Se facultaba al Supremo Legislativo Gobierno para que por primera vez nombre los catedráticos y allane todos los obstáculos que se presenten hasta su debida implantación".

Da la impresión de que el Gobierno reconoce la existencia del Estatuto Universitario, pero que pese a ello se atreve a nombrar los catedráticos respectivos.
El 16 de abril de 1854 un terremoto sacudió a San Salvador, el edificio que albergaba a la Universidad fue destruido, lo cual hizo que el 10 de julio del mismo año un Decreto Gubernativo trasladó la Universidad a la ciudad de San Vicente, la cual abrió sus puertas el 13 de agosto.

El 5 de diciembre de 1854 se decretan los segundos estatutos que constaban de 283 artículos, el Claustro de Conciliarios estaba formado por el Rector, el Secretario, los Catedráticos de las clases y un representante por cada una de las Clases Mayores.
Este Claustro tenía entre sus funciones no sólo la dirección de la Universidad sino que orientaba y controlaba la instrucción primaria y secundaria por medio de las juntas de vigilancia.

En este período en el que se perfila con toda claridad la Universidad de Corte escolástico, se enseña sin discusión; el Magistes dixit es el apotegma de las ciencias en El Salvador.

En el añor de 1859 trae para el país acontecimientos importantes: ya ha concluido la guerra nacional contra el filibustero Walker, la cual trajo el Cólera Morbus que se desarrolla violentamente, la precaria situación económica y la lucha por el poder político.

El Capitán General Gerardo Barrios es a la sazón Jefe de Estado, y en un manifiesto de fecha 24 de junio del precipitado año, arremete contra la educación impartida en todos los niveles escolares del país, dedica especial ataque a la enseñanza universitaria, muy particularmente al gremio de abogados a quienes llama "la polilla de la sociedad " acusándolos, además, de corruptos.

No hay duda de que la Universidad de aquella época estaba pasando por una tremenda crisis de valores morales y académicos. Pero por otra parte, en ella estaba enquistada la más pura reacción representada por los conservadores, y entre ellos toda la cerigalla, en la dirigencia universitaria; no hay que olvidar los dos tercios de hechura clerical dentro de los miembros del Claustro de Conciliarios y el tipo de universidad que se tenía.

El Capitan General Gerardo Barrios, héroe epónimo de la salvadoreñidad, representaba la tendencia liberal y no hay duda de que las más enconada oposición estaba en la élite ubicada en la Universidad.

El 6 de septiembre de 1859, mediante Decreto Gubernativo, se suprime el Consejo de Conciliados o Junta Publica. Decisión política del Capitán General, que justificó alegando la incurría del Consejo de conciliarios ante la necesidad de una nueva reforma educativa en todos los niveles.

El Consejo de Instrucción Pública se componía de seis miembros: Receptor, Vice-Rector, un representante de cada Sección de la Universidad, un Secretario y un Pro-Secretario. Todos nombrados por el Gobierno. Es decir que la intervención en la Universidad fue un hecho incontrolable.

Para reubicar estos acontecimientos, se reforman los Estatutos Universitarios.
En 1863 se eclipsa la estrella de Gerardo Barrios. Destacada la guerra con Guatemala bajo el puño de Rafael Carrera, que era el adalid de la causa conservadora, Barrios es derrotado y tiene que abandonar el país, posteriormente la traición y fusilamiento el 29 de agosto de 1865.

Como dato histórico debe consignarse que le acompañaron al patíbulo el Arzobispo Pineda y Saldaña y el Mariscal Santiago González, cómplices con el Presidente Dueñas de aquel asesinato.

Rafael Carrera impuso en la presidencia de El Salvador al Conservador Francisco Dueñas, apodado El Fraile, con él volvió el clero a los recintos universitarios.
El 8 de enero de 1866 el Consejo Directivo de la Universidad otorgó al presidente Dueñas y a Gregorio Arbizú, Rector, Decano y Catedrático de la Universidad y Presidente del consejo Directivo, así como Ministro de Relaciones Exteriores e Instrucción pública; los Títulos de Doctor, como recompensa por servicios a la Universidad. Acuerdo que firmaba el conocido sabio salvadoreño Darío González.
Los estudiantes de Derecho de esa época llamaron a Rector Arbizú, "Protector amado" 1 Era en año de 1867.

En 1871 el Mariscal Santiago González derrocó a Francisco Dueñas, habiéndose proclamado presidente provisorio en la Ciudad de Sensuntepeque; en su gabinete aparecía Gregorio Arbizú como Ministro de Relaciones Exteriores e Instrucción pública.

El 23 de octubre del mismo año, el poder Ejecutivo decretó la Autonomía Universitaria, Decreto que fue sancionado y publicado el 11 de marzo de 1872. En él se concedía al Claustro General, es decir a los Académicos Universitarios reunidos en junta, la elección del Rector, Vice-Rector, Conciliarios de Instrucción Pública y Secretario; además se decidía que las cátedras se debían ganar por oposición.
Sin embargo la autonomía no fue utilizada, pues el Consejo Universitario pusilánimemente consultada al Gobierno cuestiones administrativas propias de la Universidad, con lo cual se dio al traste con lo que se había logrado, quedando nuevamente supeditada al querer del gobernante de turno.

No hay duda, la mentalidad universitaria no estaba preparada para la Autonomía.

El Rector era el conocido sabio salvadoreño Darío González.

La vida política de América Central con sus pequeñeces aldeanas, lleva al enfrentamiento militar a dos guatemaltecos: Justo Rufino Barrios, Presidente de Guatemala; y el Mariscal Santiago González, Presidente de El Salvador.
Corría el año de 1876.

En este período, pese a que estaba vigente el Decreto de Autonomía de la Universidad, por los errores apuntados, sigue siento ejecutora de las órdenes del Gobierno.

En 1879 se funda la Facultad de Ingeniería Civil, desconocida hasta entonces entre nosotros según afirma el Dr. Durán.

Los descalabros militares de San Miguel y Santa Ana, reduce a la derrota a El Salvador, apareciendo entonces la figura política de Rafael Zaldívar como presidente.
Aflora en la Universidad la necesidad de emitir el pensamiento, y es así que ante este clamor el Presidente Zaldívar donó una imprenta, según Decreto Gubernativo de fecha 20 de febrero de 1880, la cual estaba inservible; ante este contratiempo, y ante la imposibilidad de que el periódico universitario fuese editado en una imprenta particular por carencia de fondos, el Gobierno dispuso que se imprimiera el periódico en la imprenta del Estado.

En el mismo año de 1880, el 19 de octubre, aparecen los nuevos Estatutos de la Universidad; por medio de ellos se le confiere la calidad de Persona de Derecho a la Universidad, integrada sólo por los académicos sin tomar en cuenta a los estudiantes.
El Consejo Superior de la Instrucción Pública, máximo organismo de Gobierno de la Universidad estaba formado por el Rector, el Vice-Rector, el Secretario y el Fiscal; todos éstos nombrados por el Poder Ejecutivo. También formaban parte del Consejo un Consejero por cada Facultad elegidos por los académicos respectivos para un período de dos años. Es decir pues, que nuevamente le es arrebatada la capacidad de autogobernarse a la Universidad.

Tanta fue la situación de dependencia de la Universidad con respecto al Ejecutivo, que el Presidente Zaldívar reformó el artículo 207 de los Estatutos, el cual quedó redactado así: "PODRA OCURRIRSE AL EJECUTIVO EN APELACION O QUEJA POR LAS DISPOSICIONES DEL RECTOR O DEL CONSEJO".

Durante este período la Universidad cayó en el más grande de los desprestigios, las facilidades para graduarse eran extremas, la reprobación fue casi inexistente; la situación hizo que un Decreto Legislativo aboliera la calificación de Bueno.
El 30 de enero de 1885 se pública la Ley Orgánica y Reglamentaria de Instrucción Pública, la cual separó los estudios universitarios de los estudios de secundaria; además regulaba las formalidades para obtener los títulos de secundaria y los de la Universidad.

Entre el presidente Zaldívar, impuesto por Justo Rufino Barrios, quien no solamente quería la Unión de América Central, sino además su presidente; se suscitaron las consabidas rencillas políticas. Barrios inició la guerra que según él daría como resultado la Patria centroamericana, la cual guerra finalizó con la muerte del Reformador guatemalteco el 2 de abril de 1885 en Chalchuapa.

Los resultados políticos de esta guerra fueron entre otros, el desaparecimiento de la figura del Presidente Zaldívar, quien gobernó durante nueve años; con él desaparecido también la Ley Orgánica de Instrucción Pública, y en tanto aparecía la nueva ley entró en vigencia el antiguo Estatuto Universitario, siendo Presidente Provisional Francisco Menéndez.

Los nuevos Estatutos se publicaron el 15 de febrero de 1886, en ellos se conservó la calidad de Persona Jurídica de la Universidad, formada por todos los que hubiesen obtenido un grado académico. Además, se otorgó a la Universidad el derecho de autogobernante a través del Consejo y las Juntas Directivas de las Facultades, es decir que la Universidad rescataba la autonomía perdida.

Pero la incapacidad económica de la Universidad, hizo que ésta entrase en mora en cuanto al pago de sus obligaciones salariales, debiendo acudir en su auxilio la tesorería general de la República. A petición de varios profesores, dada la reiterada falta de puntualidad en los pagos, el poder Ejecutivo intervino en forma provisional en la Tesorería universitaria, con ello se iniciaba nuevamente el proceso de la pérdida de la autonomía.

El Presidente Menéndez intentó crear Institutos independientes dentro de la Universidad, para ello presentó al conocimiento de los académicos un proyecto diseñado al efecto. La mayoría de ellos rechazó el proyecto, otro tanto hicieron los estudiantes.

Socavando primero las bases económicas del Alma Máter, y tratando de dividirla después, Francisco menéndez, el llamado por la tradición protector de la enseñanza en El Salvador, perpetuada la fecha de su muerte en el día dedicado a los Maestros, arremetió en contra de la Universidad,. Suprimiendo su Autonomía el 26 de diciembre de 1887. El Decreto disponía que el Rector, el Secretario y el Fiscal serían nombrados por el Gobierno; y los catedráticos serían también nombrados por el Gobierno a propuesta del Consejo.

El 22 de junio de 1890 muere el Presidente Menéndez, como resultado de la trepadera acción política de su protegido Carlos Ezeta 1, quien instaura funciones del Rectorado a los Decanos de Derecho y Medicina.

¡Otra vez el zarpazo contra la razón!.

Parece ser que estos cambios tenebrosos contra nuestra Casa de Estudios mereció muy poco importancia a los profesionales de aquellas temporadas, ¿ Serán las mismas del hogaño!, puesto que nombraron Secretario y Fiscal, los cuales nombramientos fueron dejados sin lugar según Decreto Gubernativo de 16 de septiembre de 1891. El Ejecutivo no se andaba con chiquitas.

Y hubo más, so pretexto de que la Facultad de Ingeniería tenía pocos alumnos, fue anexada a la Escuela Politécnica (Antigua Escuela Militar) mediante Decreto de 11 de marzo de 1891.

En pocas palabras, al Presidente Ezeta se le recuerda no sólo como felón, sino que también como asaltante y depredador de la autonomía universitaria.

Todos sabemos de las escabrocidades de la vida política de nuestra patria, es así como el 1 de mayo de 1894 estalla un movimiento insurreccional en Santa Ana cuyos capitostes fueron Rafael Antonio Gutíerrez y Tomás Regalado. Este cuartelazo, conocido como la revolución de los cuarenta y cuatro, pues eran cuarenta y cuatro los conjurados, dieron al traste con el gobierno de Ezeta. Realmente era el gobierno de los Ezeta, pomposamente llamado "El león de la Frontera", le respalda desde las filas del ejército.

Con el advenimiento de Gutíerrez como Presidente, se revivió el Consejo Universitario, supeditado siempre al Poder Ejecutivo.

Hacia fines de 1897 dos estudiantes redactaban un periódico estudiantil desde el cual fustigaban al gobernante, tanta molestia causó la pluma de los dos muchachos a Gutiérrez que reformó el Reglamento interno de la Universidad, en el sentido de prohibir a los estudiantes escribir en contra de los funcionarios universitarios, so pena de ser expulsados.

En Consejo de Ministros se acordó la expulsión de los dos jóvenes estudiantes, y aún cuando Gutiérrez no era funcionario universitario, como s lo fuera, pues el Estatuto le otorgaba la capacidad de vigilar la Universidad.

Ante este acontecimiento, un buen número de estudiantes acuerparon a los extraños del Alma Mater, y el 26 de mayo de 1998 fundaron la Universidad Libre de El Salvador sostenida con fondos propios de los educandos.

A principios de enero del mismo año 98, por la casi total carencia de estudiantes el Presidente Gutiérrez decretó el cierre de la Universidad.

La Universidad Libre de El Salvador, como manifestación de la "Rebeldía estudiantil" subsistió cinco meses y medio. Mas bien balandronada juvenil que verdadera convicción política. Basta con echar una mirada a la lista de los protestantes.
No hay duda de que el cierre de la Universidad y la apertura de la Universidad Libre, ocasionaron problemas políticos al presidente Gutiérrez; por otra parte, es posible que vislumbrase en su futuro la posibilidad de un golpe de Estado, y probablemente con el ánimo de obtener opinión favorable para su gobierno, emitió el 28 de septiembre de ese mismo año de 1898, un Decreto mediante el cual concedía la Autonomía a la Universidad, creándole rentas propias. Se trataba de un amplísimo decreto que incluía un Consejo Autónomo y la reorganización completa de la Universidad.

Firmaron el decreto en mención el Prsidente Gutiérrez y el Secretario de Estado en el Ramo de Instrucción Pública, el conocido humanista y poeta salvadoreño Francisco Gavidia. Este Decreto no entró nunca en vigencia, pues el 14 de noviembre del mismo año fue depuesto el Presidente Gutiérrez por el consabido expediente del cuartelazo.
Este cuartelazo fue dado por Tomás Regalado, dentro del marco político de la constitución de los Estados Unidos de Centro América, celebrada entre Honduras, Nicaragua, El Salvador; cuyo documento Constitutivo fue firmado el 9 de septiembre, y del que Tomás Regalado hizo caso omiso.

Al respecto, son deliciosas las anécdotas narradas por T.P. Mechín. 1.
Regalado ordeno la apertura de la Universidad, mediante Decreto 7 de enero de 1899, en el cual Decreto se pedía al Consejo Universitario elaborar un proyecto de Estatuto. El Consejo resultó formado por el Rector, el Secretario, el Fiscal y un Consejero por cada Facultad de los cuatro que existían.

La Autonomía sin embargo, no reapareció.

El 1 de marzo de 1909 fue electo Presidente de la República Pedro José Escalón, quien continuó la política de Regalado con respecto a la Universidad: Mano fuerte. No autonomía.

Sobrevino Fernando Figueroa como Presidente de la República, y el 1 de enero de 1909 se instaura el Cargo de Rector , quien juntamente con los catedráticos y el Fiscal ejercerían el Gobierno universitario, mediante el organismo que se llamo Consejo Directivo el cual tenía injerencia en los asuntos de cada Facultad.

El Presidente Fiegueroa nombró Rector al Dr. Hermógenes Alvarado p., uno de los suscriptores del Adjetivo "Protector Amado" de 1869.

El 24 de febrero de 1913 aparecen los nuevos Estatutos de la Universidad, los cuales establecen una nueva estructuración, durante ese período la Universidad estuvo sujeta al régimen: el Poder Ejecutivo se encargaba de nombrar Rector, profesores y demás empleados.

El 1 de marzo de 1927 asume la presidencia de la República Pío Romero Bosque, quien mediante Decreto de fecha 23 de marzo concede la Autonomía a la Universidad, considerándola como una institución integrada por los graduados de la misma. El Gobierno de la Universidad recaía en el Rector quien era nombrado por el Ejecutivo; de la misma manera, los Decanos eran electos por los respectivos profesores pero sujeta esta elección a la aceptación del Poder Ejecutivo.

En síntesis pues, era una autonomía meramente formal. Sin embargo, atendiendo lo escrito por el Dr. Durán 1, el Presidente Romero Bosque nunca hizo sentir su influencia en las cuestiones de la Universidad.

Después vino la sombra, la oscuridad que duró trece años; Maximiliano Hernández Martínez se mantuvo en el poder desde el 4 de diciembre de 1931 hasta el 8 de mato de 1944. Durante este período largo y tenebroso la Universidad pierde la autonomía, profesores y estudiantes que no comulgan con el régimen abandonan el país para salvar la vida.

En 1936 el estudiantado universitario consigue la participación estudiantil en el gobierno universitario, con voz y voto. Pero el gobierno de Martínez nuevamente arrebataba la autonomía y establece el control de la Universidad por parte del Poder Ejecutivo.

Merced al movimiento insurreccional de abril de 1944, cae Martínez. Se reconquista la autonomía, pero meses después la Universidad es cerrada por decisión del gobernante que ha llegado gracias al consabido cuartelazo, lo cual da al traste nuevamente con la autonomía universitaria.

La autonomía universitaria ha sido reconocida y arrebatada por Decretos, pero nunca había alcanzado la calidad de disposición constitucional. Es hasta el año de 1950, dada la participación de los estudiantes universitarios en las discusiones de la Asamblea Constituyente, y como coronación a una lucha de más de cien años, que el Artículo 205 de la Constitución Política de fecha 7 de septiembre de ese año dice: " La Universidad de El Salvador es una institución autónoma, en los aspectos docentes, administrativos y económico, y deberá prestar un servicio social. Se regirá por estatutos enmarcados dentro de una ley que sentará los principios generales para su organización y funcionamiento".

El estado contribuirá a asegurar y acrecentar el patrimonio universitario, y consignará anualmente en el Presupuesto las partidas destinadas al sostenimiento de la Universidad".

El 19 de septiembre de 1960 la Universidad es allanada, en contra del principio de autonomía; muchos estudiantes y profesores son golpeados, algunos pierden la vida. Estos acontecimientos precipitan la caída del gobernante de entonces, lo cual trae como consecuencia la necesidad de una nueva Constitución Política la cual se decreta el 8 de enero de 1962; en ella se conserva intacto el principio de autonomía universitaria consagrado en la de 1950.

Sin embargo, la Universidad sufre dos embestidas más contra su autonomía.

El 19 de julio de 1972, mediante un Decreto Legislativo sorpresivo, se dejan sin efecto los nombramientos de las autoridades, docentes, personal administrativo y de servicio; quedando la Universidad cerrada. Se reabre en 1973.


El 26 de junio de 1980 es allanada nuevamente, las pérdidas por los destrozos que ocasiona la ocupación militar ascienden a varios millones de colones.
La Universidad funciona entonces en el "exilio", fuera del Campus. Devueltas sus instalaciones a sus legítimas autoridades la Universidad se encuentra con grandes limitaciones económicas.

En tanto, el 15 de octubre de 1979 el Presidente en turno es depuesto por otro de los tantos golpes políticos, el 15 de diciembre de 1983 se emite una Constitución más, la cual en su artículo 61 dice: " La educación superior se regirá por una ley especial. La Universidad de El Salvador y las demás del Estado gozarán de autonomía en los aspectos docente, administrativo y económico.

Deberán prestar un servicio social, respetando la libertad de cátedra. Se regirán por estatutos enmarcados dentro de dicha ley, la cual sentará los principios generales para su organización y funcionamiento.

Se consignarán anualmente en el Presupuesto del Estado las partidas destinadas al sostenimiento de las universidades estatales y las necesarias para asegurar y acrecentar su patrimonio. Estas instituciones estarán sujetas, de acuerdo con la ley, a la fiscalización del organismo estatal correspondiente.

La ley especial, regulará también la creación y funcionamiento de universidades privadas, respetando la libertad de cátedra. Estas universidades prestarán un servicio social y no perseguirán fines de lucro. La misma ley regulará la creación y el funcionamiento d los institutos tecnológicos oficiales y privados.

El Estado velará por el funcionamiento democrático de las instituciones de educación superior y por su adecuado nivel académico".

En conclusión, la historia de la Universidad de El Salvador ha sido aparejada a la de autonomía, hace ciento cuarenta y cinco años que lucha por obtener su autonomía en lo docente, en lo administrativo, en la capacidad para autolegislarse, en lo económico, en que ni el Estado ni fuerza alguna pueden intervenir en su existencia y en el respeto que debe merecer el Campus Universitario.

Después de este recorrido histórico de la Autonomía de la Universidad, se puede comprobar que esa autonomía no ha podido ni puede ser en gobiernos cuyo principal y único argumento es la violencia.

Tomado de la página oficial de la Universidad de El Salvador. Este sitio es administrado por el Sistema Bibliotecario de la Universidad de El Salvador
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Orígenes de la UES

ORIGEN DE LA UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR

Al señor doctor don Federico Penado, digno y Actual Rector de la Universidad
Por Juan J. Cañas
(San Salvador, Enero de 1914)

Hasta el año de 1840 sólo había dos Universidades en la América Central: La Pontificia de San Carlos, en Guatemala; y la de León, en Nicaragua, fundadas por el régimen colonial; pero a principios del siguiente año se determinó la creación de la nacional salvadoreña.

A mediados del citado año de 40, regresó a El Salvador, su patria, el general don Francisco Malespín, quien por motivos políticos había permanecido por largo tiempo en Guatemala, y el nuevo orden de cosas que encontró establecido en el país le confió el mando de las armas del Estado, y desde este momento comenzaron sus gestiones para que se estableciera un Colegio, base de la Universidad Nacional.

Sus gestiones, que rayaban de apremiantes exigencias por el gobierno; y después de aplazamientos y vagas promesas, se realizaron sus anhelos con el decreto expedido por la Constituyente el 16 de febrero de 1841 ordenando que se estableciese un Colegio Nacional con el nombre de "COLEGIO DE LA ASUNCION" y la consiguiente UNIVERSIDAD, y a la Administración de don Juan Lindo, el citado año, cupo llevarlo a efecto.

Acto continuo se instaló el embrionario establecimiento de enseñanza, primero en el Estado, en el edificio del extinguido convento de San Francisco, anexo a la Iglesia de su nombre, situados en la manzana que ocupa hoy el cuartel de artillería.

Se abrió el colegio bajo la dirección de su efímero y primer Rector, Presbítero don Crisanto Salazar, quien por causas de familia, fue reemplazado, cuatro meses después por el austero y sabio sacerdote el doctor don Narciso Monterrey, que lo desempeño por muchos años consecutivos casi hasta su extinción.

Pronto se llenó el local con más de sesenta alumnos desde su ingreso era gratuito, por el sistema de becas, previas algunas condiciones de idoneidad y no costoso equipo; siendo el mayo el del uniforme, que consistía en un amplio vestido talar llamado manto, de color azul, de un género de lana denominaban duradera, con tres aberturas: una para sacar la cabeza y ajustarse al cuello, y otra a cada lado para sacar los brazos; sobre el pecho, cruzaba una banda color punzó, de cuatro pulgadas de ancho, sujetándose en los hombros, descendían por la espalda a cada lado y por todo lo largo del manto, quiza como un indicio de inspiración a la clásica toga, insignia que es la etimología de la palabra candidato, desde que Cicerón dijo con el majestuoso énfasis, sólo suyo, golpeándose el pecho: "Bajo esta cándida toga, jamás se ha abrigado la injusticia ni la maldad". Así, pues, togado quiere decir candidato.

En la cabeza, se llevaba un bonete negro de cuatro picos, lo que completaba el uniforme, y no se salía a la calle, sino con él y acompañado de otro con vestido igual, lo que impedía penetrar en lugares de reputación equívoca.

El establecimiento dependió siempre única y exclusivamente, del gobierno, y desde su creación se sostuvo hasta su extinción muchos años después, con las rentas fiscales del Departamento de La Paz, que con legítimo orgullo e histórico fundamento puede exclamar: "he amamantado la primera enseñanza científica de la Patria".

El colegio comenzó sus tareas, no con la enseñanza enciclopédica, sino, monólica, o sea exclusivamente del latín, sin ningún otro ramo; pero con un tesón casi exagerado, tal que dos años después de emprendido el estudio, se inauguró el primer acto académico de la naciente Universidad con el solemne examen de los primeros jóvenes que estaban aptos para pasar a estudios superiores.

Fueron 22 y son acreedores a que se recuerden sus nombres por la brillantez con que soportaron la escabrosa prueba, y por la irreprochable, rectitud de todas sus acciones en el ejercicio de sus respectivas profesiones, y como funcionarios en elevados puestos muchos de ellos, fueron siempre objeto de estimación y respeto público.

Los aludidos fueron: Manuel Gallardo, Juan Bosque, Cayetano Bosque, Joaquín Cañas, Gregorio Avalos, José P. Trigueros, Luis Fernández, José Inés Alvarado, Felipe Barrientos, José Antonio Ceballos, Manuel Olivares, Jesús Castro, Francisco Chávez, José Monterrey, Juan D. Machuca, Juan Guzmán, Tomás Mónchez, Gregorio López, Miguel Brioso, José Flamenco y Mariano Molina.

Hay que consignar, que de esta primera entrega del padre Monterrey resultaron a su tiempo: 11 abogados, 5 médicos y 3 que dejaron los estudios por dedicarse a diversas ocupaciones.

El examen se verificó con el mayor esplendor, en la nave central del templo de San Francisco, presidido por el supremo magistrado de la República, don Juan José Guzmán, con su numerosos séquito de dignatarios.

Los examinadores eran seis, nombrados por el gobierno, entre las mas caracterizadas personas, y de reconocidos conocimientos en letras humanas.

El acto era interesante por la seguridad con que respondía el sustentante, sin diferencia en ninguno de ellos, y ya sea por esta causa u otro motivo, de pronto uno de los réplicas, dijo a uno de los jóvenes: "QUIERE CITO DETERNERO": Traduzca Ud. al Castellano. El joven quedó perplejo al oír esta frase y buscaba en mente la significación de cada vocablo. El señor replica, queriendo lucirse, dijo: la traducción es: "busca presto cruel Nerón"; estimulado con esto otro examinador se dirigió a un segundo, diciéndole: "AY DE MI", traduzca: y sucedió lo que con el anterior, y añadió: "recuerde Ud. Los palillos del Nebrija, y verá que eso significa: "di Dios mío". Alentado con el procedimiento, a un Licenciado, Sr. Urrutia, se le ocurre preguntar: " QUE ES DECLINACION MONOCTOTA", y a él le tocó el estallido de la impaciencia del Presidente, quien interrumpió exclamando: "Las encrucijadas, las sutilezas y los modismos más o menos ingeniosos y especiales de los idiomas, no implican ignorancia en quien no los sabe, ni erudición ni sabiduría en quien los expone, porque aquí solo se trata de ver si los examinados pueden ver al castellano los textos latinos que se les presentan y en este sentido pueden seguirse el acto". "El cual fue lucidisímo, con sólo el referido incidente.

Al día siguiente de este notable acontecimiento, nombró el gobierno al Doctor don Eugenio Aguilar, Rector de la Universidad Nacional y catedrático de Filosofía, cuyo curso debía durar tres años, y estudiarse en él: Lógica Moral, Aritmética, Algebra, Geometría y Física, comenzando por la primera hasta agotarla, para pasar a la segunda con el mismo profesor, lo que forzosamente tenía que hacer dilatorio el vencimiento del aprendizaje. Con la apertura de dicha clase, la Universidad quedó instalada, convirtiéndose en hechos prácticos sus actos hasta nuestros días.
Entró, pues, de lleno en el ejercicio de su autonomía, siendo reconocida en sus actos por la Guatemala y Nicaragua, y de que serían admitidos sus títulos y certificados, previa su autenticidad, llegado el caso.

Al colegio y clase de filosofía ingresaban alumnos que habían hecho su estudio de latín, o donde el Padre Alegría en la población que hoy lleva su nombre, estando autorizado para ello, o en la Universidad de León, como aconteció con el que esto refiere al entrar al colegio en junio de 1843, con esta particularidad, de haber sido el único pensionista que hubo en el establecimiento, por la circunstancia de ser pariente del Presidente de la República, quien se negó a que fuese admitido como bequista por ser su deudo, y por lo mismo, indecoroso. Oh si viera como las cosas han cambiado, exclamaría: lo que va de tiempo a tiempo.

En 1845 el colegio cambio de lugar, ocupando el cómodo exconvento de Santo Domingo, preparado al efecto desde que se fundó dicho plantel docente, en el sitio que actualmente ocupa nuestra suntuosa Catedra.

Al fin de ese año, el doctor don Eugenio Aguilar, dejó de ser Rector de la Universidad, por haber sido electo Presidente de la República, y en aquel importante puesto fue reemplazado por el doctor don Francisco Dueñas.

Aquí conviene manifestar, que el señor Presbítero don Crisanto Salazar, no tuvo más ingerencia en esta materia, que las apuntadas al principio de este relato, y no como algunos creen que desempeño otras funciones.

A finales del citado año de 45, algunos de los estudiantes, alumnos del colegio, no conformes con los tres años prescritos por los estatutos para optar al bachillerato en filosofía, resolvieron sustraerse de la tardanza de un año y dispusieron ir a graduarse a Guatemala, y emprender desde luego el estudio de su respectiva carrera profesional. Estos fueron: don Manuel Gallardo, don Juan Bosque, y su hermano José Flamenco; éste no volvió jamás a El Salvador, y el narrador.

En 1864 terminaba el curso de filosofía y debían comenzar a verificarse los grados en ese ramo; pero antes que éstos se iniciasen, se verificó un grado de Leyes, obtenido por el joven guatemalteco don Andrés Dardón, quien por no haber sido admitido a examen por suficiente en aquella Universidad, vino a hacerlo a la salvadoreña, donde lo efectuó con el éxito más brillante. El acto se realizó en la Iglesia de Santo Domingo, con asistencia del supremo Magistrado de este país, el ilustrísimo señor Obispo Vitere, y multitud de altos funcionarios, por tratarse de un notabilísimo acontecimiento, que por primera vez se verificaba en esta capital y que, a no dudarlo, serviría de estímulo, como no dejó de serlo, en los subsiguientes casos. Fue, pues, en Jurisprudencia, al que expidió la Universidad Salvadoreña su primer diploma de bachiller.

En ese año se abrieron las cátedras de leyes, medicina y farmacia, y se hacían ensayos en otras facultades, habiendo sido la de leyes la mejor establecida: sus tareas jamás se debilitaron y con el curso del tiempo, han venido tomando impulso hasta alcanzar los adelantos de las más renombradas Universidades de este continente y de algunas fuera de él.

Lo más raro es, que no obstante las convulsiones políticas y de la naturaleza, nunca han interrumpido sus labores; pues con la completa ruina que sufrió esta ciudad en 1854, se trasladó a la de San Vicente, sin darse por notificada. Tal ha sido la consagración a sus tareas.

Pero no hay que anticipar los sucesos.

Tampoco interrumpió sus faenas cerrando sus aulas nuestra incansable Universidad, con motivo de la no menos desastrosa ruina que redujo a escombros esta capital, 19 años después, realizando la fábula del Fénix, cerniéndose sobre el cielo de la Patria.

Así, que no es extraño, el fecundo y positivo progreso obtenido tanto en jurisprudencia como en medicina, habiendo producido eminencias en ambas facultades. Y aquí conviene consagrar algunos conceptos a la memoria del inolvidable facultativo doctor don Emilio Alvarez, quien con admirable constancia y sin sombra de egoísmo, supo comunicar y transmitir sus incalculables conocimientos a sus discípulos, y elevar a la altura en que hoy se encuentra nuestra envidiable Escuela de Medicina. Y el doctor Alvarez, no lejos de la suntuosa, fachada de su edificio, e inmediato a la del monumental Hospital Rosales, donde su ciencia , bajo diversas formas demostró, se alza en sólido y primoroso pedestal, pudiendo decírsele, con razón sobrada, lo que el que estas líneas escribe, dijo en otra ocasión:

"Y su imagen en bronce producida.
La venera la Patria agradecida".

La estatua es del tamaño natural, y el sorprendente parecido, se une la respetable y a la vez modesta expresión del asombroso maestro.

No se puede tildar, pues de exageradas las expresiones que sobre las conquistas universitarias se han insinuado, gracias a las oportunas iniciativas de sus ilustrados Rectores, en su innumerable serie, secundados por las respectivas administraciones en el Poder Público. Las Facultades actualmente establecidas, son: Jurisprudencia en todas sus ramas; que ojalá no tuviera la perniciosa de las enfáticas CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES; la de Medicina y Ciencias Naturales; de Farmacia y Matemáticas Superiores. En la actualidad existe, además la Facultad de Odontología, creada por gestiones del ex-Rector Dr. Moreira.

Como consecuencia precisa de la importancia efectiva de nuestra Universidad, el que esto narra propuso y fue admitido en el Tratado Internacional que en 1876 celebró con la República de Chile, de que fuesen mutuamente aceptados en el ejercicio de sus profesiones, los abogados, médicos y agrimensores, sin otro requisito que una pequeña fórmula, más bien de cortesía que de otra cosa. Tratado que fue aprobado por ambas Cámaras en aquella República modelo, y que si no llegó a canjearse fue por causas que es preferible callar.

Dos de los edificios de nuestra Universidad, han sido sucesivamente destruidos por los terremotos, y el amplio, que hoy ocupa, con todas las condiciones propias de su objeto, fue construido bajo la administración del Dr. Don Rafael Zaldivar, lo propio que el contiguo, destinado para el Instituto Nacional y que apenas por muy limitado tiempo sirvió para lo que se destinaba, habiéndosele ocupado para despacho de la Suprema Corte de Justicia y Dirección General de Correos.

Los dos edificios miden aproximadamente 90 metros de largo con la proporcionada anchura; y es lástima que no llene su objeto y que tanto desdiga de su empleo; pero quien manda, manda y hay que callar.

Van a finalizar estos apuntamientos, pero ajustados a la más estricta verdad, por ser el que los escribe testigo ocular y actor en muchos de los hechos relatados.

Así pues, nuestra universidad cuenta con 73 años de haberse fundado en 1841 y que abrió sus alas profesionales después del latín, 70 años.

Como una muestra de inextinguible cariño, tributado al compatriota, al condiscípulo y al amigo debemos de consignar, que los 22 estudiantes examinados en latín, según se ha dicho al comentar este relato, sólo tres no continuaron el estudio: Don Juan D. Machuca, Don Juan Guzmán y Don Mariano Molina: tres fueron sacerdotes, Don Joaquín Cañas, Don Francisco Chávez y Don Jesús Castro; cinco fueron médicos, doctores José Monterrey, Manuel Gallardo, Gregorio Avalos, Cayetano Bosque, y Gregorio López; siendo éste, además farmacéutico; y los once restantes, notables abogados, entre ellos, el doctor Felipe Barrientos, valiente hasta la temeridad, y el doctor Miguel Brioso, ambos rindieron la vida en el ejercicio de las armas.

viernes, 16 de mayo de 2008

Un nuevo desalojo

Sindicalistas desalojan edificios UES

Rossy Tejada
nacion@laprensa.com.sv

Fecha de actualización: 5/16/2008

La toma de tres edificios en el interior de la Universidad de El Salvador (UES) finalizó ayer.

Los sindicalistas y grupos sociales que el miércoles ocuparon las instalaciones de la rectoría, las oficinas administrativas y la Facultad de Medicina abandonaron a primeras horas de la mañana las infraestructuras.

El rector de la UES, Rufino Quezada, en compañía de autoridades universitarias y la supervisión de personal de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), impulsaron la apertura de los edificios. Aún no se tiene un reporte oficial de daños.

La presidenta de la Asamblea General Universitaria, Claudia Cerna, manifestó que al menos en el edificio de rectoría la sala de sesiones del Consejo Superior Universitario (CSU) muestra algunos daños considerables.

Quezada dijo que ayer encontraron desalojados los edificios. No especificó si existió algún tipo de acuerdo previo con los manifestantes para este fin.

Se buscó la postura del Sindicato de Trabajadores, pero ningún representante estuvo disponible para dar declaraciones.

Los sindicalistas cerraron los edificios el miércoles en protesta por los despidos de varios de los miembros del Sindicato de Trabajadores, incluido el secretario general, Alfredo Martínez.

También denunciaron las negociaciones del rector de aumentar el presupuesto universitario mediante un préstamo internacional con el BID.

Quezada volvió a desmentir ayer que exista ese acuerdo de préstamo. Insistió en que con el CSU se decidirán a la apertura de expedientes disciplinarios una vez sean identificados.

jueves, 15 de mayo de 2008

Una toma más

Sindicalistas se toman tres edificios de la UES

En:

http://www.laprensagrafica.com/nacion/1058532.asp

Las oficinas administrativas, rectoría y la Facultad de Medicina amanecieron cerradas ayer por un grupo de sindicalistas en protesta por despidos y préstamo con el BID.

Rossy Tejada
social@laprensa.com.sv

Fecha de actualización: 5/15/2008

Las actividades al interior de la Universidad de El Salvador (UES) se vieron alteradas ayer con la toma de las oficinas administrativas, el edificio de rectoría y la Facultad de Medicina por parte de sindicalistas, en protesta por despidos en el sindicato y gestiones de rectoría por un préstamo internacional con el BID.
Los sindicalistas y grupos estudiantiles identificados bajo las denominaciones de “bloque social” y “sector estudiantil organizado” se mantienen al interior de los edificios desde la noche del martes. Uno de los manifestantes, encapuchado, de lentes y ropa oscura, dijo que la toma es de carácter indefinido.

Piden el reinstalo de al menos cinco sindicalistas despedidos, incluido el secretario general de SETUES, Alfredo Martínez.

La negociación de un préstamo internacional de $40 millones con el BID de parte de rectoría también es motivo de oposición.

El cierre de la Facultad de Medicina obedece a una protesta por sanciones impuestas a dos empleadas administrativas de la facultad, según explicaron representantes de SETUES.

Por su parte, el rector Rufino Quezada condenó los hechos y vaticinó rigurosas sanciones administrativas: “Vamos a aplicar la ley. El consejo decidirá sancionar con apertura de expedientes. La toma de edificios es falta grave”.

Quezada confirmó que se mantienen gestiones con el Gobierno para elevar el presupuesto de la UES, pero descartó que se esté negociado un préstamo.

Al final de la tarde, el vicerrector académico, Miguel Ángel Pérez, sostuvo que se les dio hasta las 5 de la tarde para desalojar pero no lo hicieron, por lo que procederán a la apertura de expedientes disciplinarios.

"Están denunciando un rumor (préstamo) porque no hemos negociado préstamos. Sancionaremos con rigurosidad.”

Rufino Quezada, rector

"La toma es hasta que se instale una mesa de diálogo. Hasta ahora, las autoridades solo han respondido con sanciones.”

Manifestante sector estudiantil

Financiamiento

Desde principios de año, las autoridades universitarias negocian con el Gobierno reforzar el presupuesto actual.

El presupuesto asignado por Hacienda a la UES es de $63 millones, calificado de insuficiente.

Quezada desmiente que se esté negociando un proyecto del BID.

Los sindicalistas denuncian que existe un proyecto con avance de 80% para tomar $40 millones del BID.

En la gestión de la ex rectora, Quezada bloqueó un préstamo por menor cantidad con ese ente.

El Consejo Universitario despidió hace semanas al secretario de SETUES por la huelga de 2007.

Cifras

5 sindicalistas despedidos denuncia SETUES.

© Derechos Reservados : 1997 - 2008

domingo, 11 de mayo de 2008

¿Cambio de posición del actual Rector sobre el BID?

Vía correo electrónico hemos recibido esta dos noticias, manejadas como un cambio de posición política e institucional del actual Rector de la Universidad de El Salvador. El punto es que se ha retomado el ya discutido e institucionalmente rechazado préstamo del BID, que el mismo Rector combatió y prometió no retomar, mas bien luchar contra todo intento de privatización de la UES. Todavía es prematuro conjeturar hasta dónde se ha llegado en estas conversaciones; lo que sí puede decirse es que el demos universitario no tiene información detallada.

Reproducimos los noticias:

NOTICIAS

Rufino Quezada reconsidera financiamiento del BID

El rector de la Universidad de El Salvador (UES), en 2006 detractor de un préstamo con el BID para la institución por considerarlo “privatizador”, reevalúa ahora la posibilidad de financiamiento con esta entidad. Las conversaciones se han llevado bajo un pacto de silenciocon Secretaría Técnica de la Presidencia y el BID, luego de que el presidente Saca le informara a Quezada que no tenía otra forma de reforzar el presupuesto de la universidad.

Edith Portillo

cartas@elfaro.net

La bandera que hace cinco meses llevó a Rufino Quezada a la rectoría de la Universidad de El Salvador (UES) deja de ondear ante la necesidad de sostener financieramente a la casa de estudios.

Quezada, que en abril de 2006 – siendo presidente de la Asamblea General Universitaria - se convirtió en el más acérrimo opositor a un préstamo de 25 millones de dólares que el Estado adquiriría con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para un programa de fortalecimiento de la universidad, ve ahora en la entidad financiera una posibilidad para reforzar el presupuesto de la institución estatal.

Según fuentes cercanas a las conversaciones que ahora sigue Quezada junto con el gobierno y el BID, el nuevo rector de la UES comenzó a reconsiderar el financiamiento del banco -que antes rechazó por considerarlo “privatizador”- luego de una visita hecha a Casa Presidencial el 18 de diciembre del año pasado.

El rector tenía como objetivo solicitar al presidente, Antonio Saca, un refuerzo presupuestario para la UES, que tiene una asignación de 63 millones de dólares para su funcionamiento durante 2008.

Anteriormente, Quezada había manifestado que la universidad necesitaba 48 millones extras, pero a Casa Presidencial llegó pidiendo solo un monto inicial de nueve millones para gastos de desarrollo académico, ampliación de infraestructura y el área de investigación.

La respuesta del presidente Saca no fue un “no” rotundo, pero sí puso en jaque al rector que, en una importante medida, había logrado el apoyo de la comunidad universitaria debido a su promesa de defender la institución “de las manos de la derecha” que supuestamente querían privatizarla.

Saca dejó claro a Quezada que no había en el Presupuesto General de la Nación una forma para dar ese refuerzo, pero le dijo también que “el préstamo del BID sigue estando ahí”.

El préstamo de 25 millones que gestionó hace dos años la UES, bajo la rectoría de María Isabel Rodríguez, no es el que está ahora bajo discusión, pero la disponibilidad de financiamiento continúa vigente.

Para explorar esta posibilidad, las autoridades universitarias solicitaron a Secretaría Técnica de la presidencia que les facilitara los contactos con el personal del BID. Según conoció El Faro, Quezada sostuvo una reunión hace tres semanas con Marcelo Cabrol, del departamento de Sector Social del BID, para establecer esos primeros contactos y plantear la necesidad de financiamiento para la universidad.

Un pacto de silencio

Hace cinco meses, cuando recién electo rector, El Faro le cuestionó a Rufino Quezada si estaría dispuesto a considerar préstamos internacionales si no lograba más presupuesto para la universidad, este dijo que su oposición continuaba, pero no cerró del todo la puerta: “Habría que estudiar los ofrecimientos. Creo que tenemos apertura y no vamos a hacer una gestión cerrada para nadie. Podemos discutir los problemas, podemos ver cómo encontrar soluciones. En ese sentido, por lo menos estaría garantizado que no se lesione la autonomía universitaria”.

En esa oportunidad, el nuevo rector aseguró también que durante su gestión tendría una política de puertas abiertas a los medios de comunicación para hablar sobre los asuntos de la institución.

Ahora, la máxima autoridad universitaria se niega a hablar sobre el tema. El Faro buscó desde hace dos semanas a Quezada, pero nunca dio respuesta a nuestra solicitud de entrevista.

La semana pasada habló solamente vía telefónica y, aunque no negó la información, evadió entrar en detalle.

En una primera llamada, insistió en no tener tiempo para atendernos ni para contestar ninguna pregunta por teléfono; en una segunda, cuestionado sobre su reunión con Carbol y las negociacioes para obtener financiamiento del BID, se limitó a decir “no estoy autorizado para dar información sobre ese tema”. ¿Autorizado por quién? “Es que es algo que se está viendo en el Consejo (Superior Universitario). A mí no es que alguien más me tenga que dar autorización, pero por eso le digo que no tengo autorización”. Y cortó la llamada.

Cabrol, el delegado del BID en Washington que sostuvo la reunión con Quezada, tampoco quiso hablar al respecto y remitió a las oficinas del banco en El Salvador.

La representación del BID en el país dijo únicamente que la reunión de Quezada con Cabrol había sido “solo una visita de cortesía, después de reuniones con varias universidades privadas”.

Una de las fuentes que conversaron con El Faro, proveniente de Casa Presidencial, confirmó los acercamientos en busca de las posibilidades de financiamiento y detalló que, de momento, las partes que participan de las conversaciones han convenido en establecer un pacto de silencio, a solicitud del rector, para “no alborotar el panal”.

Otras dos fuentes internas de la universidad confirmaron también a El Faro la reconsideración del financiamiento por parte de la rectoría y aseguran, incluso, que la nueva administración está tomando como punto de partida para una nueva propuesta el proyecto presentado por María Isabel Rodríguez en 2006.

La campaña de la privatización

Hace dos años, cuando la administración de Rodríguez había establecido ya los términos para la firma del contrato de 25 millones con el banco, la Asamblea General Universitaria (AGU, el máximo organismo de decisión de la UES, donde participan alumnos, docentes y un sector profesional no docente) votó en contra del préstamo para el proyecto de fortalecimiento institucional de la universidad, y se venció el plazo del BID para liberar el financiamiento.

Este proyecto, que se negoció con el BID durante un año, más otros meses previos de diagnóstico y elaboración, tenía cinco ejes básicos: el desarrollo científico sobre problemas centrales del país; el fortalecimiento de todas las facultades, con equipo, infraestructura y formación de personal; apertura de la UES a estudiantes con méritos y de bajos recursos; transformación administrativa de la universidad; y apoyo al desarrollo del magisterio nacional.

Para abril de 2006, cuando la correlación de la AGU no favoreció a Rodríguez para avalar el financiamiento del BID, Rufino Quezada era su presidente y se oponía al préstamo, según sus palabras, “por una razón muy sencilla”:

“es que la historia del BID en América Latina ha sido una historia que lo ha llevado a la privatización sistemática de las instituciones públicas y esto lo convierte en una institución de vanguardia del modelo económico neoliberal que ha atropellado y llevado tanta hambre y miseria a todos los pueblos de América Latina”.

Su desconfianza, decía, no era hacia la rectora Rodríguez, sino hacia la institución financiera. El año pasado, cuando buscaba los votos de la comunidad universitaria para llegar a la rectoría, incluso convirtió el tema en un punto importante de su campaña electoral
.

NOTICIAS

Entrevista con Rufino Quezada, presidente de la Asamblea General Universitaria:

“Rechazamos el préstamo porque el BID es neoliberal”

Rufino Quezada dirige la Asamblea General Universitaria, el organismo que tiene la última palabra en las decisiones relevantes de la Universidad de El Salvador. El funcionario es uno de los principales opositores al préstamo de 25 millones de dólares para modernización de la UES, porque, dice, si viene del BID seguro hay gato encerrado. Aunque no sepa con certeza cómo, ni dónde.

Carlos Martínez
cartas@elfaro.net

Explíqueme la razón del rechazo frente al crédito del BID.

La Asamblea General Universitaria (AGU) emitió un pronunciamiento de rechazo, principalmente porque el mismo proyecto del BID nunca ha presentado cuáles son los verdaderos intereses del BID con la Universidad. La Asamblea apoya, desde todo punto de vista, el fortalecimiento y el desarrollo de la universidad, no así el financiamiento que está planteado por parte del BID, por una razón muy sencilla: es que la historia del BID en América Latina ha sido una historia que lo ha llevado a la privatización sistemática de las instituciones públicas y esto lo convierte en una institución de vanguardia del modelo económico neoliberal que ha atropellado y llevado tanta hambre y miseria a todos los pueblos de América Latina. No vemos ahora cuál es el interés del BID, cuando realmente ellos siempre andan buscando sus capacidades de lucrarse.
Esto hace creer a la Universidad que se esté pensando también en un futuro llegar a una privatización de nuestra institución.

¿Cómo? ¿A través de qué mecanismos?

A través de... ¡de su penetración en la universidad con este préstamo!

¿Al final encontraron en el documento algún elemento privatizador?

Ha habido varios documentos y varios proyectos, por último se ha dicho que el de noviembre es el admitido, pero en los anteriores encontrábamos serias afectaciones para la universidad en cuanto a su autonomía.

¿Por ejemplo?

No, ¡si en el documento no hay! Es que no lo van a decir. El BID no va a decir así, abiertamente, que van a privatizar.

Pero si no está en el documento no puede tener valor legal. Al final solo tiene valor legal lo que uno firma.

Esa es su visión. Nosotros tenemos otra.

No, no. A ver. Cuando usted va a un banco y pide un préstamo, las únicas cláusulas con valor legal son aquellas que están en el contrato. Nada puede ser obligatorio, nada rige, si no está contenido en el contrato.

Es que mire, nosotros no estamos tratando con la madre Teresa de Calcuta. Como no conocemos, no hemos sido parte de las negociaciones, no sabemos qué es lo que se ha negociado. Además ¿Por qué el BID de pronto está interesado en desarrollar la educación superior? Si realmente quieren ayudar, ¿por qué en lugar de hacer un préstamo no donan ese dinero?

Será porque son un banco, ¿no?

Allí está. Siempre va a buscar la manera de lucrarse.

Están dejando ir 25 millones de dólares por sospechas.

No es un proyecto de confianza de los organismos universitarios, es un proyecto con la visión de la señora rectora y su grupo de asesores, esto permite plantearte lo siguiente: que es necesario plantear el proyecto y que involucre el desarrollo de todas las facultades y de toda la universidad y luego, considerar que, si bien es cierto lo de 25 millones de dólares, es un financiamiento para cinco años, no es que lo van a dar de un solo... se ve realmente atractivo, pero los costos que la universidad podría lamentar en el futuro también llaman a muchos miembros de la comunidad universitaria a recapacitar la conveniencia o no de aceptar este préstamo.

“Los costos que la universidad podría”... están rechazando este préstamo por lo que se imaginan que podría ocurrir.

Claro. Correcto.

Esto no es técnico sino ideológico. En el papel no hay nada que les moleste, es la sola presencia del BID la que les molesta.

No, si hay cosas, muchas cosas que molestan. Tendríamos que analizar el texto. Además ¿Cuál es la verdadera versión del documento que se está negociando?

La última. El documento más actual siempre es el último.

Supuestamente es la última.

No puede ser la de en medio, Rufino.

Eso es lo que nos han dicho y como no hemos participado en las negociaciones no sabemos qué es lo que se está negociando.
La rectora asegura que en todo esto median otras cosas, como la próxima elección del nuevo rector y que la oposición frente a la propuesta responde a intereses de crear correlaciones.
Mire, yo al único sector que le he escuchado esto es al grupo de la rectora y a la rectora misma. No sé por qué están temerosos si en la U tenemos nuestra legislación, nadie va a llegar a la rectoría solo porque tiene ganas de hacerlo, tenemos nuestra ley orgánica, entonces no sé por qué la señora rectora está preocupada por esto, no debería ser una preocupación. El problema es que la señora rectora quiere heredar la rectoría y eso no se puede hacer, aquí hay instituciones y organismos.

¿Ustedes creen que la rectora quiere privatizar la UES?

No, yo no lo creo. Pero la desconfianza con esta institución financiera, sí creo yo que es válida.

¿Es decir que su análisis es que el BID está timando a la doctora?

Podría ser.

Rufino, ¿usted está interesado en la rectoría?

Ese tema aún no se ha tocado, falta.

¿Rechaza que está buscando la rectoría?

No se puede rechazar, porque ser candidato pasa por un consenso. Mientras ese consenso no exista, las posibilidades de ser rector, para cualquiera, están muy lejos.

Otro señalamiento es que se trata de una pugna de poderes. La rectora asegura que si los 25 millones se hubieran repartido entre las doce facultades, el crédito estaría ya aprobado.

Bueno, esa es la posición de los decanos. Aquí hay una diversidad increíble. Pero no se puede garantizar que el crédito ya hubiera sido aprobado porque el cuestionamiento contra el BID se mantiene.

viernes, 9 de mayo de 2008

Hacia una revolución en la Educación Superior

*
Educación superior de alto nivel por internet

El propósito de estas líneas es la de iniciar una reflexión piloto muy importante, que consiste en probar, valga la hipótesis, que se puede democratizar la formación universitaria de alto y probablemente de altísimo nivel por medio de la educación gratuita a distancia como mecanismo básico del proceso de enseñanza aprendizaje, en todos los campos del saber humano.

Otro desafío será demostrar que la educación a distancia contemporánea por el uso de internet, es más efectiva que la educación presencial, pues evita la burocracia privada y pública y pone al alcance de las personas recursos informativos que ninguna biblioteca física tiene en el mundo.

Práctica e internet

Naturalmente que las evaluaciones son determinantes y deben examinarse los recursos para garantizar el riguroso procedimiento a fin de verificar exahistivamente que la persona ha asimilado una disciplina.

Todavía, creemos que esta parte tiene un componente presencial importante, lo mismo que las prácticas de laboratorio cuando estas sean exigidas. Pero aún en este campo, las innovaciones educativas deberán estar presentes.

La internet disloca el aprendizaje, rompe la estructura presencial y también las prácticas educativas deberán dislocarse pues la persona que se educa puede practicar sus conocimientos en su medio, toda vez que exista una política de conexión del aprendizaje por internet y las instituciones o entidades, empresas o familias que estén dispuestos a conjugar su desenvolvimiento con la práctica educativa de personas que reciben formación a distancia.

No es la persona que estudia la que va a la Universidad sino la Universidad la que va hacia la persona que educa y su medio, su realidad. La academia se enriquece más con esta conexión.

Recursos didácticos de alto nivel

La internet posibilita el acceso por ejemplo a obras clásicas en todos los campos científicos de manera gratuita.

Asimismo, por medio de videos educativos se pueden mostrar repetidamente procedimientos y métodos que hacen posible el mayor desarrollo de la memoria y la observación.

La internet afianza la voluntad y el esfuerzo sistemático y posibilita el encausamiento de las inquietudes juveniles de manera constructiva.

El uso educativo del blog de manera creciente, democratiza las posibilidades de enseñanza y derriba las barreras de "campus virtuales" en los que cuesta más accesar que recibir una cátedra por internet.
*

Medición de Ranking Universidades del Mundo

En:

http://universidades.universia.es/ranking/index.htm

Ranking de universidades del mundo

La elaboración de rankings de universidades goza de bastante tradición en los países anglosajones y en los últimos años han proliferado las clasificaciones de universidades también en Europa y en concreto en España.

Entre los rankings de universidades del mundo destaca el elaborado por la Universidad Jiao Tong de Shangai (China), recientemente actualizado.

Esta clasificación ordena las 500 mejores universidades del mundo en función de criterios de calidad como el nivel de los estudiantes, el profesorado y los centros, actividad investigadora, publicaciones, etc.

El suplemento educativo de The Times, HIGHER, publica un ranking mundial anual de universidades. La edición 2006 de esta clasificación sólo está disponible para suscriptores. Existe una versión de prueba gratuita durante 14 días que permite la consulta de las tablas.

El factor de impacto web es el criterio utilizado por el Laboratorio de Internet del CINDOC (CSIC).

Los indicadores de presencia y penetración a través de internet de 3.000 universidades de todo el mundo son los que determinan el estudio del CSIC.

La lista está ordenada de acuerdo a un indicador que combina el volumen de información publicada, la visibilidad e impacto de estas páginas según el número de enlaces externos que reciben.

Además, el ranking se desglosa en bloques por países y continentes e incluye un estudio a nivel mundial sobre los 500 centros de investigación con mayor impacto web.

La prestigiosa publicación londinense The Economist elabora anualmente un ranking mundial de MBA full time que clasifica los mejores programas de postgrado impartidos en todo el mundo bajo el título de Which MBA?.

El primer puesto de la lista en la edición de 2006 ha sido otorgado de nuevo a la IESE Business School de la Universidad de Navarra, que ya encabezó la clasificación del año anterior y se convirtió así en la primera escuela europea que lideraba un ranking de este tipo. El Instituto de Empresa aparece en la última edición en el 16º lugar. El ranking ha sido elaborado por el gabinete de estudios de The Economist, Economist Intelligence Unit (EIU).

El periódico The Wall Street Journal ha publicado la edición 2006 de su clasificación anual de escuelas de negocios del mundo.

El primer puesto lo ocupa la española ESADE Business School, seguida de la suiza IMD, que en la clasificación del año anterior ocupaba el primer lugar. Cabe destacar que aparecen tres centros españoles- la citada ESADE, el Instituto de Empresa e IESE- en los quince primeros puestos.

El grupo Scimago, de la Universidad de Granada, ha desarrollado el generador de rankings RI3, que permite la elaboración de diferentes clasificaciones de Instituciones Iberoamericanas de Investigación.

Dicha herramienta utiliza los datos contenidos en las bases Thomson Scientific ISI.

La aplicación permite el análisis individualizado por países o el estudio global por regiones geográficas. Se puede trabajar sobre la producción global de la universidad o reducirse al análisis especializado de cada uno de los 24 campos científicos de la ANEP.

Incorpora cuatro indicadores: Producción total, Producción citable, Producción ponderada y Factor de impacto medio ponderado.

Newsweek International ha publicado un ranking denominado The Top 100 Global Universities, que basa su clasificación en la apertura internacional de la universidad, su diversidad y su actividad investigadora.

En cabeza se sitúan tres clásicos estadounidenses: Harvard, Stanford y Yale.

Por otro lado, la Fundación COTEC ha hecho público su Informe COTEC 2006 que incluye, en las páginas 101 a 103, una clasificación de universidades españolas en base a la competitividad y esfuerzo investigador de sus profesores.

También incluye una clasificación de centros públicos de investigación según su competitividad.

Las 100 mejores Universidades del Mundo...

Las 100 mejores universidades del mundo en 2005. Ninguna de ellas es hispana.

http://ed.sjtu.edu.cn/rank/2005/ARWU2005_Top100.htm

domingo, 4 de mayo de 2008

Manifiesto de Córdoba

En:

http://www.analitica.com/Bitblio/argentina/cordoba.asp

La Juventud Argentina de Córdoba a los hombres libres de Sudamérica

[Manifiesto de Córdoba]

21 de junio de 1918

Tomado de Federación Universitaria de Buenos Aires, La Reforma Universitaria, Buenos Aires, 1959, pp. 23-27.

Hombres de una República libre, acabamos de romper la última cadena que, en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana.

La rebeldía estalla ahora en Córdoba y es violenta porque aquí los tiranos se habían ensoberbecido y era necesario borrar para siempre el recuerdo de los contrarrevolucionarios de Mayo.

Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y —lo que es peor aún— el lugar donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara.

Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la ciencia frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza, y el ensanchamiento vital de organismos universitarios no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolucionaria.

Nuestro régimen universitario —aún el más reciente— es anacrónico. Está fundado sobre una especie de derecho divino; el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un alejamiento olímpico.

La federación universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de autoridad que corresponde y acompaña a un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios no puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la substancia misma de los estudios. La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando.

Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no una labor de ciencia. Mantener la actual relación de gobernantes a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclaman el sentimiento y el concepto moderno de las universidades.

El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa, que cabe en un instituto de ciencia es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla.

Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de autoridad que en estas casas de estudio es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa dignidad y la falsa competencia. Ahora advertimos que la reciente reforma, sinceramente liberal, aportada a la Universidad de Córdoba por el doctor José Nicolás Matienzo no ha inaugurado una democracia universitaria; ha sancionado el predominio de una casta de profesores. Los intereses creados en torno de los mediocres han encontrado en ella un inesperado apoyo. Se nos acusa ahora de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos, pero que nada tiene que hacer con nosotros.

Si ello es así, si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho a la insurrección. Entonces la única puerta que nos queda abierta a la esperanza es el destino heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo; la redención espiritual de las juventudes americanas nuestra única recompensa, pues sabemos que nuestras verdades lo son —y dolorosas— de todo el continente.

¿Que en nuestro país una ley —se dice—, la ley de Avellaneda, se opone a nuestros anhelos? Pues a reformar la ley, que nuestra salud moral lo está exigiendo.

La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo aún de contaminarse. No se equivoca nunca en la elección de sus propios maestros. Ante los jóvenes no se hace mérito adulando o comprando. Hay que dejar que ellos mismos elijan sus maestros y directores, seguros de que el acierto ha de coronar sus determinaciones. En adelante, sólo podrán ser maestros en la república universitaria los verdaderos constructores de almas, los creadores de verdad, de belleza y de bien.

Los sucesos acaecidos recientemente en la Universidad de Córdoba, con motivo de la elección rectoral, aclaran singularmente nuestra razón en la manera de apreciar el conflicto universitario. La federación universitaria de Córdoba cree que debe hacer conocer al país y a América las circunstancias de orden moral y jurídico que invalidan el acto electoral verificado el 15 de junio. Al confesar los ideales y principios que mueven a la juventud en esta hora única de su vida, quiere referir los aspectos locales del conflicto y levantar bien alta la llama que está quemando el viejo reducto de la opresión clerical. En la Universidad Nacional de Córdoba y en esta ciudad no se han presenciado desórdenes; se ha contemplado y se contempla el nacimiento de una verdadera revolución que ha de agrupar bien pronto bajo su bandera a todos los hombres libres del continente. Referiremos los sucesos para que se vea cuánta razón nos asistía y cuánta vergüenza nos sacó a la cara la cobardía y la perfidia de los reaccionarios. Los actos de violencia, de los cuales nos responsabilizamos íntegramente, se cumplían como en el ejercicio de puras ideas. Volteamos lo que representaba un alzamiento anacrónico y lo hicimos para poder levantar siquiera el corazón sobre esas ruinas. Aquéllos representan también la medida de nuestra indignación en presencia de la miseria moral, de la simulación y del engaño artero que pretendía filtrarse con las apariencias de la legalidad. El sentido moral estaba obscurecido en las clases dirigentes por un fariseísmo tradicional y por una pavorosa indigencia de ideales.

El espectáculo que ofrecía la asamblea universitaria era repugnante. Grupos de amorales deseosos de captarse la buena voluntad del futuro rector exploraban los contornos en el primer escrutinio, para inclinarse luego al bando que parecía asegurar el triunfo, sin recordar la adhesión públicamente empeñada, el compromiso de honor contraído por los intereses de la universidad. Otros —los más— en nombre del sentimiento religioso y bajo la advocación de la Compañía de Jesús, exhortaban a la traición y al pronunciamiento subalterno. (¡Curiosa religión que enseña a menospreciar el honor y deprimir la personalidad! ¡Religión para vencidos o para esclavos!).

Se había obtenido una reforma liberal mediante el sacrificio heroico de una juventud. Se creía haber conquistado una garantía y de la garantía se apoderaban los únicos enemigos de la reforma. En la sombra los jesuitas habían preparado el triunfo de una profunda inmoralidad. Consentirla habría comportado otra traición. A la burla respondimos con la revolución. La mayoría representaba la suma de la represión, de la ignorancia y del vicio. Entonces dimos la única lección que cumplía y, espantamos para siempre la amenaza del dominio clerical.

La sanción moral es nuestra. El derecho también. Aquéllos pudieron obtener la sanción jurídica, empotrarse en la ley. No se lo permitimos. Antes de que la iniquidad fuera un acto jurídico, irrevocable y completo, nos apoderamos del salón de actos y arrojamos a la canalla, sólo entonces amedrentada, a la vera de los claustros. Que esto es cierto, lo patentiza el hecho de haber, a continuación, sesionado en el propio salón de actos la federación universitaria y de haber firmado mil estudiantes sobre el mismo pupitre rectoral, la declaración de huelga indefinida.

En efecto, los estatutos reformados disponen que la elección de rector terminará en una sola sesión, proclamándose inmediatamente el resultado, previa lectura de cada una de las boletas y aprobación del acta respectiva. Afirmamos, sin temor de ser rectificados, que las boletas no fueron leídas, que el acta no fue aprobada, que el rector no fue proclamado, y que, por consiguiente, para la ley, aún no existe rector de esta universidad.

La juventud universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión de nombres ni de empleos. Se levantó contra un régimen administrativo, contra un método docente, contra un concepto de autoridad. Las funciones públicas se ejercitaban en beneficio de determinadas camarillas. No se reformaban ni planes ni reglamentos por temor de que alguien en los cambios pudiera perder su empleo. La consigna de «hoy para ti, mañana para mí», corría de boca en boca y asumía la preeminencia de estatuto universitario. Los métodos docentes estaban viciados de un estrecho dogmatismo, contribuyendo a mantener a la universidad apartada de la ciencia y de las disciplinas modernas. Las elecciones, encerradas en la repetición interminable de viejos textos, amparaban el espíritu de rutina y de sumisión. Los cuerpos universitarios, celosos guardianes de los dogmas, trataban de mantener en clausura a la juventud, creyendo que la conspiración del silencio puede ser ejercitada en contra de la ciencia. Fue entonces cuando la oscura universidad mediterránea cerró sus puertas a Ferri, a Ferrero, a Palacios y a otros, ante el temor de que fuera perturbada su plácida ignorancia. Hicimos entonces una santa revolución y el régimen cayó a nuestros golpes.

Creímos honradamente que nuestro esfuerzo había creado algo nuevo, que por lo menos la elevación de nuestros ideales merecía algún respeto. Asombrados, contemplamos entonces cómo se coaligaban para arrebatar nuestra conquista los más crudos reaccionarios.

No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa, ni al juego de intereses egoístas. A ellos se nos quiere sacrificar. El que se titula rector de la Universidad de San Carlos ha dicho su primera palabra: «Prefiero antes de renunciar que quede el tendal de cadáveres de los estudiantes». Palabras llenas de piedad y de amor, de respeto reverencioso a la disciplina; palabras dignas del jefe de una casa de altos estudios. No invoca ideales ni propósitos de acción cultural. Se siente custodiado por la fuerza y se alza soberbio y amenazador. ¡Armoniosa lección que acaba de dar a la juventud el primer ciudadano de una democracia universitaria! Recojamos la lección, compañeros de toda América; acaso tenga el sentido de un presagio glorioso, la virtud de un llamamiento a la lucha suprema por la libertad; ella nos muestra el verdadero carácter de la autoridad universitaria, tiránica y obcecada, que ve en cada petición un agravio y en cada pensamiento una semilla de rebelión.

La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de sosportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa.

La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su federación, saluda a los compañeros de América toda y les incita a colaborar en la obra de libertad que inicia.

Enrique F. Barros, Horacio Valdés, Ismael C. Bordabehere, presidentes — Gumersindo Sayago — Alfredo Castellanos — Luis M. Méndez — Jorge L. Bazante — Ceferino Garzón Maceda — Julio Molina — Carlos Suárez Pinto — Emilio R. Biagosh — Angel J. Nigro — Natalio J. Saibene — Antonio Medina Allende — Ernesto Garzón.