domingo, 15 de junio de 2014

Problemas cotidianos en la UES

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Algunos se preguntarán si el título de estas reflexiones está correcto, ya que los problemas del académico comienzan desde que entra a la UES; si llega a pie se topa con aglomeraciones por las ventas instaladas que se apoderan de tales espacios, y si ingresa en vehículo existe poca visibilidad y difícil maniobrabilidad en algunos portones (particularmente Derecho e Ingeniería) con alto riesgo de un accidente debido a que hay vehículos mal estacionados y universitarios que optan por evadir la aglomeración de las entradas, bajando de la acera al asfalto con peligro de ser arrollado.

Luego se topa con un lugar de trabajo que con suerte lo asean una vez a la semana y los servicios sanitarios dejan mucho que desear en su parte higiénica. Frecuentemente se corta la energía eléctrica o el agua potable, haciendo su trabajo más difícil aún.

Después llega a las aulas que rebalsan de estudiantes, con una pizarra que no es de las mejores. Aquellos que usan pizarras de yeso están peor aún ya que el yeso que proporciona la UES produce en algunos dermatitis, a otros les afecta las uñas, también daña el sistema respiratorio y los ojos por el excesivo polvo que produce, hay sacudidores de borradores; y no hablemos de la falta de equipo de sonido en las aulas grandes y en los auditorios.

A eso sumémosle la inseguridad que se vive ya que hay hurtos y asaltos, y los dispositivos puestos a las entradas no se utilizan adecuadamente ni hay registros que garanticen que no entren personas dañinas a la institución.

Por otro lado, la parte administrativa no ayuda mucho en las gestiones si se plantea hacer proyección social o investigación; después de eso, los fondos son escasos, los laboratorios están mal equipados, y el tiempo… hay que sacrificarse porque en muchas Facultades la prioridad es atender la demanda estudiantil.

Además, su labor docente se ve entorpecida porque muchos alumnos no traen el nivel académico requerido, ni tampoco hay orientación profesiográfica o consejerías para ayudare a al alumno con sus múltiples problemas. Es frustrante ver que el esfuerzo de preparar una buena clase se desperdicia al constatar en los exámenes que la mayoría de los alumnos quedo reprobado y a veces con notas bajísimas, ni comentar la brillante idea de los repetidos que no le ayudan al estudiante ni al docente.

Afuera de la U nadie nos reconoce el mérito de ser académico del alma mater, sino más bien somos señalados por el desorden de la institución; e igual que el resto de la población, vivimos temerosos de la delincuencia.
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