domingo, 15 de junio de 2014

Ser académico de la UES, un privilegio

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Ser académico de la UES, un privilegio
Por Saturnino Gámez
Profesor
Facultad de Ingeniería y Arquitectura

Consideremos esto: Si hay una profesión que puede cambiar el mundo es la de maestro, ya que tenemos el honor de que la sociedad salvadoreña nos confíe su más valioso tesoro, sus jóvenes –y precisamente a los más necesitados- para que ellos se conviertan en personas de bien, útiles a la sociedad por medio del proceso de enseñanza – aprendizaje.

No es posible sobre-estimar los beneficios de la educación. Muchos lo han dicho de diferente forma: Nelson Mandela  ex presidente de Sudáfrica dijo “LA EDUCACIÓN ES EL ARMA MÁS PODEROSA PARA CAMBIAR EL MUNDO”. Por otra parte Lawrence Summers consejero económico de la Casa Blanca lo expresó así “LA BATALLA POR EL FUTURO DEL PAÍS SE GANARÁ O SE PERDERÁ EN SUS ESCUELAS PÚBLICAS", otros consideran que: “EL ACTO MÁS REVOLUCIONARIO ES EL DE LA EDUCACIÓN”.

La UNESCO en su Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo, reconoce que “La educación posee la capacidad incomparable de reducir la pobreza extrema y potenciar objetivos de desarrollo del más amplio espectro”

En esta época de vertiginosos cambios tecnológicos, económicos, políticos, ambientales y culturales, solo los pueblos más capaces podrán superar con éxito las dificultades asociadas a estos dramáticos cambios, ¿nos estamos preparando para hacer frente a tales cambios? O ¿seguimos anclados en el pasado pensando que todo funciona como antes y seguirá funcionando igual? Pensar que los cambios son lentos y nos esperarán a que nos adecuemos ha sido el error histórico de muchas naciones que fueron grandes y hoy están en serios problemas.

Si hay un país, una nación que necesita de sus mejores académicos es el nuestro, pero no de cualquier académico, no un académico mediocre; sino de un académico que respete a su institución y sus compañeros, que trate a sus alumnos con respeto y cariño, que sea consejero, que le inculque valores presentándose puntualmente a sus clases, preparándolas con amor, que planifique cuidadosamente el procesos enseñanza aprendizaje, que elabore material didáctico y que diseñe proyectos de investigaciones, que haga proyección social, que haga un esfuerzo por mantenerse actualizado en su especialidad y que enseñe al alumno a ser crítico y reflexivo.

Ya lo dijo Karl Menninger  “Lo que el maestro es, es más importante que lo que enseña”. Howard G. Hendricks lo dice así “La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón”, y el gran Victor Hugo expresa “No hay malas hierbas ni hombres malos; sólo hay malos cultivadores”.

Por lo tanto, hay dos actitudes que podemos tomar: maldecir el hecho de haber nacidos en este país, la mala suerte de vivir en la inseguridad, o bendecir haber nacido aquí porque aquí es donde podemos colaborar y estamos dispuestos a trabajar incansablemente por cambiar esta situación, por la función que desempeñamos en la sociedad. Es nuestro privilegio y debemos aprovecharlo. ¡¡¡ Adelante compañero y compañera, saquemos esa mística de educadores de la Universidad de El Salvador !!!
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