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Schafick Handal recuerda que siendo él un estudiante de secundaria en el Colegio García Flamenco, universitarios de la Universidad de El Salvador, la única en aquellos tiempos, llegaron a su Colegio a agitar en contra de la dictadura del General Maximiliano Hernández Martínez. Con palabras enardecedoras Schafick recuerda que sintió una corriente de energía en su espalda y que tal acción de los universitarios fué decisiva en su vida revolucionaria. Posteriormente Schafick sería estudiante de Derecho con gran influencia en los destinos político institucionales de la Universidad de El Salvador.
En el siglo XX, la década del 60, a finales, fué rica en estudios de Ciencias Sociales y discusiones políticas al interior de la UES. Era corriente ver a líderes estudiantiles leyendo a Rousseau, Marx, los teóricos de la dependencia; los estudiantes con orientaciones democráticas y revolucionarias se esforzaban más porque los profesores de orientación dictatorial los podían reprimir académicamente.
El movimiento estudiantil se fué radicalizando en su participación política interna y externa. Y produjo la denominada "huelga de Areas Comunes" en donde se liquidó una enseñanza cientificista, así se decía y con mucha razón y se propició la participación más decidida de los universitarios en los problemas nacionales.
En lo personal, el primer contacto que tuve con Schafick Handal en la UES fué por medio de una cátedra de Geografía Económica. El profesor de la materia, invitó a Schafick para exponer su visión de los problemas económicos nacionales y su impacto en el territorio y los recursos naturales. Lo escuchamos con mucha atención y respeto.
Un segundo momento que viví en la UES, relacionado con Schafick, fué una reunión a la que asistí como invitado a una discusión entre Schafick y un profesor de Sociología de origen argentino, Jacobo Waiselfiz, a quien se señalaba como el promotor del radicalismo estudiantil en contra de los designios electorales del Partido Comunista, que lideraba Schafick. La discusión se realizó en el sótano, que había funcionado como biblioteca de la Facultad de Economía, en donde yo estudiaba.
Un tercer evento en el que participé y que contó con la presencia de Schafick fué en una multitudinaria Asamblea, realizada en el Auditorium de la Facultad de Derecho, que si recuerdo exactamente era para establecer la posición de la comunidad universitaria en relación con el proceso electoral. El movimiento estudiantil radicalizado ya tenía considerables fuerzas y se tuvo que contar con la presencia determinante de la personalidad de Schafick para vencer las posiciones de la pequeña burguesía políticamente inexperta, sin conocimiento de la realidad del campo salvadoreño e ingenuamente ultraizquierdista, tal como se nos calificaba. Por esta época fundamos con Felipe Peña el Movimiento de Izquierda Radical, MIR, varios compañeros (as) de diversas Facultades y le pusimos "radical" y no "revolucionario" a instancias de Felipe, que insistió en que nosotros éramos radicales y todavía no éramos revolucionarios. "Porque ser revolucionario es de toda la vida", dijo en la sesión cuando escogimos el nombre, en el local de la Sociedad de Estudiantes de Ciencias Económicas, que hoy lleva su nombre.
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Schafick Handal recuerda que siendo él un estudiante de secundaria en el Colegio García Flamenco, universitarios de la Universidad de El Salvador, la única en aquellos tiempos, llegaron a su Colegio a agitar en contra de la dictadura del General Maximiliano Hernández Martínez. Con palabras enardecedoras Schafick recuerda que sintió una corriente de energía en su espalda y que tal acción de los universitarios fué decisiva en su vida revolucionaria. Posteriormente Schafick sería estudiante de Derecho con gran influencia en los destinos político institucionales de la Universidad de El Salvador.
En el siglo XX, la década del 60, a finales, fué rica en estudios de Ciencias Sociales y discusiones políticas al interior de la UES. Era corriente ver a líderes estudiantiles leyendo a Rousseau, Marx, los teóricos de la dependencia; los estudiantes con orientaciones democráticas y revolucionarias se esforzaban más porque los profesores de orientación dictatorial los podían reprimir académicamente.
El movimiento estudiantil se fué radicalizando en su participación política interna y externa. Y produjo la denominada "huelga de Areas Comunes" en donde se liquidó una enseñanza cientificista, así se decía y con mucha razón y se propició la participación más decidida de los universitarios en los problemas nacionales.
En lo personal, el primer contacto que tuve con Schafick Handal en la UES fué por medio de una cátedra de Geografía Económica. El profesor de la materia, invitó a Schafick para exponer su visión de los problemas económicos nacionales y su impacto en el territorio y los recursos naturales. Lo escuchamos con mucha atención y respeto.
Un segundo momento que viví en la UES, relacionado con Schafick, fué una reunión a la que asistí como invitado a una discusión entre Schafick y un profesor de Sociología de origen argentino, Jacobo Waiselfiz, a quien se señalaba como el promotor del radicalismo estudiantil en contra de los designios electorales del Partido Comunista, que lideraba Schafick. La discusión se realizó en el sótano, que había funcionado como biblioteca de la Facultad de Economía, en donde yo estudiaba.
Un tercer evento en el que participé y que contó con la presencia de Schafick fué en una multitudinaria Asamblea, realizada en el Auditorium de la Facultad de Derecho, que si recuerdo exactamente era para establecer la posición de la comunidad universitaria en relación con el proceso electoral. El movimiento estudiantil radicalizado ya tenía considerables fuerzas y se tuvo que contar con la presencia determinante de la personalidad de Schafick para vencer las posiciones de la pequeña burguesía políticamente inexperta, sin conocimiento de la realidad del campo salvadoreño e ingenuamente ultraizquierdista, tal como se nos calificaba. Por esta época fundamos con Felipe Peña el Movimiento de Izquierda Radical, MIR, varios compañeros (as) de diversas Facultades y le pusimos "radical" y no "revolucionario" a instancias de Felipe, que insistió en que nosotros éramos radicales y todavía no éramos revolucionarios. "Porque ser revolucionario es de toda la vida", dijo en la sesión cuando escogimos el nombre, en el local de la Sociedad de Estudiantes de Ciencias Económicas, que hoy lleva su nombre.
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